Los fraudes telefónicos han ido al alza en los últimos dos años, especialmente en México y América Latina, sitios en los que la impunidad sobre este tipo de delitos es de más del 90%, por eso los usuarios de servicios de telefonía debemos preguntar si el número de teléfono que usamos es seguro o no.
Hace 30 años la mayoría de las personas con acceso a servicios de telefonía contaba con un número fijo en casa, el mundo cambio con la llegada del celular y el cambio se aceleró con el arribo del smartphone al mercado.
Así, al realizar la pregunta qué tan seguro es el teléfono que usas, de seguro te imaginas la cantidad de medidas de seguridad que tiene tu dispositivo para evitar miradas indiscretas, pero el peligro no está sólo en lo que puede ver tu pareja si trata de desbloquear tu dispositivo, sino en todo lo que pueden ver los hackers sin tener que tomar tu celular en la mano.
La vulnerabilidad de un teléfono inteligente
Veamos cómo es que tu teléfono corre peligro sin tener que caer en manos de otros. En pleno siglo XXI y a a causa de la pandemia los teléfonos que solemos usar no son meras herramientas de comunicación de voz, ahora son las llaves de nuestra vida, en tanto que interactuamos para casi todo lo que hacemos desde estos dispositivos.
Por ello nos resulta natural y hasta «Seguro» vincular el número de teléfono con las cuentas que tenemos, Facebook, Twitter, el correo electrónico y en muchos casos hasta la cuenta bancaria.
Aunque al hacer la vinculación estamos apostando por un nivel extra de protección, no nos percatamos de que nuestro número telefónico se va convirtiendo en un dato importante que debe estar a la vista y que puede ser utilizado en nuestra contra.
«De acuerdo con datos de la industria financiera internacional, la prevalencia del abuso telefónico como el mecanismo de fraude crece a través de las siguientes modalidades: suplantación de números, 40%; intercepción de mensajes de texto, 22%; reciclaje de números telefónicos, 37%; clonado de dispositivos, 38%; fraude de portabilidad, 43%; clonado de SIM, 14%; call forwarding, 26%; SIM Swapping, 25%; hackeo de buzón de voz, 21%.» señalan expertos de Ikuso y ASLO.
Desgraciadamente en América Latina, y especialmente en México, entre el 97.9% y el 96.7% de estos delitos ni siquiera se denuncian, en parte por la percepción de la población sobre la efectividad de perseguir y castigar a las extorsiones telefónicas.
Algunos prestadores de servicios de comunicación están blindando la información de sus usuarios para evitar filtraciones que los conviertan en víctimas, WhatsApp por ejemplo decidió no dejar el código de verificación de una cuenta en el buzón de voz de sus usuarios.
Sin embargo, el robo de información, que conduce a la comisión de fraudes, está creciendo de manera considerable debido a la gran cantidad de información que vamos dejando a través de la red y que ya tenemos vinculada con nuestro número telefónico.
La responsabilidad del Fraude telefónico
Así pues, la pregunta no es tanto qué tan seguro es el teléfono que usas, sino ¿qué tan seguro está tu número de teléfono? Si bien, los dispositivos que utilizamos para realizar llamadas y conectarnos a internet suelen tener candados como PIN o lector de huella digital o lector facial, tu número está en la red sin que sepas para qué se está empleando.
«Para el 85 % de las personas, cuidar la información es responsabilidad del banco, tienda, establecimiento, etc.”, señaló Hugo Vergara, Subdirector de desarrollo de soluciones de información, redes y colaboración. de Ikusi.
Ningún cliente regresa a un establecimiento o negocio si sus datos no están protegidos o si se ve siendo víctima de un fraude del que no son responsables ni las tiendas, ni los bancos, aun cuando se le pague lo que perdió.
De hecho, la primera idea que pasa por la cabeza de quienes son víctimas de algún fraude es la culpabilidad inmediata de quien también es víctima por robo de información, pero no supo cuidar los datos de sus clientes.
Si alguien ve afectada su cuenta de banco debido a que se usó su número telefónico para acreditar la identidad de una víctima de fraude, los usuarios culpan antes que a nadie al banco y señalan que el delito se llevó a cabo con la venia de la institución, aún cuando se le de la razón y se le devuelva el dinero que perdió.
Es humano buscar culpables cuando la filtración de información permite que se presente un delito, además también lo es que si una empresa tiene los datos de sus clientes o usuarios sea responsable por el manejo de esos datos, por lo que las empresas deben pensar en estrategias de seguridad que también cuiden el número de teléfono de sus clientes.
Hablar de seguridad es de suma importancia
Los fraudes telefónicos son un problema de carácter internacional, la hiperconectividad de las redes telefónicas a través de internet hace que los delincuentes tengan un campo de acción enorme, las empresas deben cuidar bien de los datos que manejan y los consumidores deben ser informados con claridad sobre las medidas con las que se protege su información.
Si bien, por la misma seguridad de los clientes no es posible señalar lo que se hace para cuidar de sus datos, es muy importante que las empresas indiquen a sus usuarios lo que sí deben o lo que no deben hacer ante ciertas prácticas como la solicitud de información confidencial por vías remotas, por ejemplo.
Una forma como usuarios de ver qué tan comprometida está nuestra información personal, es haciendo consciencia sobre los sitios donde la vamos dejando, ¿con qué servicios vinculamos nuestro número telefónico, eso permite que el teléfono sea seguro y que la información vinculada con el mismo se encuentre resguardada?