La creciente integración de la robótica en la industria mexicana, especialmente en sectores clave como el automotriz y el manufacturero, exige un diálogo urgente sobre la implementación de marcos de seguridad robustos que protejan a los trabajadores y aseguren la continuidad operativa.
La adopción de estándares internacionales se presenta como un factor determinante para consolidar la competitividad del país en el mercado global.
El avance de la automatización en la industria mexicana
México ha registrado una notable aceleración en la adopción de robots industriales, reflejando una clara tendencia hacia la modernización de sus procesos productivos.
Según cifras de la Federación Internacional de Robótica, en 2023 se instalaron 5,832 robots en el país, y aunque la cifra de 2024 mostró una ligera contracción con 5,600 nuevas unidades, el crecimiento sostenido es evidente.
Aproximadamente el 70 % de estos robots se han desplegado en la industria automotriz, un pilar de la economía nacional que utiliza la automatización para procesos de ensamble, soldadura y logística.
Esta modernización es fundamental para mantener la eficiencia y competir en un mercado global cada vez más exigente.
Los riesgos operativos en entornos robotizados
El aumento de la interacción entre humanos y máquinas eleva la probabilidad de incidentes si no se cuenta con protocolos de seguridad adecuados. Los riesgos asociados a la operación robótica van más allá de simples fallos mecánicos e incluyen:
- Accidentes por fallas en la detección de personas u objetos.
- Incendios originados por baterías o componentes eléctricos defectuosos.
- Vulnerabilidades de ciberseguridad que podrían comprometer operaciones críticas.
- Errores de programación que resultan en comportamientos inesperados de la maquinaria.
Incidentes a nivel global, como el reportado por Infobae sobre un ataque de un robot a un trabajador en una fábrica de Tesla, subrayan la criticidad de estos riesgos. La implementación de medidas de seguridad probadas no es una opción, sino una necesidad para prevenir accidentes graves.
Estándares internacionales para una implementación segura
Para guiar una implementación segura, organizaciones como UL Standards & Engagement han desarrollado normativas específicas que abordan los distintos tipos de robots y sus entornos operativos.
Como señala la organización, «Para cumplir con estos estándares, los robots deben satisfacer una serie de requisitos de construcción, desempeño y pruebas que ayudan a garantizar una operación segura».
Seguridad en robots industriales (UL 1740)
La norma UL 1740 se enfoca en los robots industriales tradicionales y sistemas robóticos utilizados en tareas de alto riesgo como ensamble, soldadura o manejo de materiales pesados.
Su objetivo es asegurar que la construcción y los componentes eléctricos de estas máquinas minimicen el riesgo de accidentes en plantas de producción.
Plataformas robóticas móviles (UL 3100)
El estándar UL 3100 regula la seguridad de las plataformas robóticas móviles autónomas (AMR), que son cada vez más comunes en almacenes y centros de distribución de comercio electrónico. Esta norma aborda los peligros asociados con el movimiento autónomo, la navegación y la interacción con el entorno logístico.
Robots en espacios públicos y de servicio (UL 3300)
Con la aparición de robots en restaurantes, bancos o aeropuertos, la norma UL 3300 establece los requisitos para aquellos que interactúan directamente con el público.
Cubre aspectos de comunicación, información y entretenimiento, garantizando que su operación sea segura para personas sin capacitación técnica.
| Estándar | Tipo de Robot Cubierto | Entorno de Aplicación Principal |
| UL 1740 | Robots y sistemas robóticos industriales | Plantas de manufactura y ensamble |
| UL 3100 | Plataformas robóticas móviles autónomas (AMR) | Almacenes y centros de distribución |
| UL 3300 | Robots de servicio, comunicación y entretenimiento | Espacios públicos (restaurantes, bancos) |
La estandarización como pilar de competitividad y confianza
La adopción de estándares de seguridad probados en México no solo protege a los trabajadores, sino que también fortalece la posición del país como un destino atractivo para la inversión, especialmente en el contexto del nearshoring.
Un marco normativo claro y alineado con las mejores prácticas internacionales genera confianza en los inversores y asegura que el avance tecnológico se traduzca en un crecimiento económico sostenible y seguro para la sociedad.





