Samsung introduce su nueva línea de televisores Neo QLED 8K para 2025, encabezada por los modelos QN990F y QN900F. Sin embargo, su propuesta de valor no se centra en la reproducción de contenido nativo en esa resolución, sino en la capacidad de su procesador NQ8 AI Gen3 para mejorar drásticamente el material audiovisual que la mayoría de la gente consume hoy.
Con precios que en México pueden alcanzar los $285,499.00, para la pantalla de 98″, la apuesta de Samsung es clara: el verdadero protagonista no es el panel, sino la inteligencia artificial que trabaja para perfeccionar la imagen y el sonido de fuentes en 4K o incluso resoluciones inferiores, abordando así la principal debilidad del formato 8K.
El gran dilema: tienes un televisor 8K, ¿dónde está el contenido?
La realidad del mercado audiovisual en 2025 es que la disponibilidad de películas, series o transmisiones deportivas en resolución 8K nativa sigue siendo prácticamente inexistente. Las principales plataformas de streaming han consolidado el 4K como su estándar de alta calidad, pero el salto a los 33 millones de píxeles del 8K aún no forma parte de sus planes a corto o mediano plazo.
Esta situación crea una paradoja para el consumidor: invertir una suma considerable en una tecnología de pantalla cuyo potencial no puede ser aprovechado directamente. Es precisamente este vacío el que Samsung busca llenar, no con contenido, sino con un procesador diseñado para que nunca notes su ausencia.
Así reconstruye la IA los píxeles para simular una calidad superior
El núcleo de la estrategia de Samsung es el procesador NQ8 AI Gen3, que mediante la función 8K AI Upscaling Pro, utiliza 768 redes neuronales para analizar y reconstruir la imagen de fuentes con menor resolución. A diferencia de un simple estiramiento de píxeles, esta tecnología identifica elementos como texturas, contornos y detalles finos para recrearlos de forma inteligente en el panel 8K.
El resultado es una imagen que, partiendo de una fuente 4K, adquiere una nitidez y una claridad superiores. A esta capacidad se suman otras funciones como Real Depth Enhancer Pro, que ajusta el contraste para crear una mayor sensación de profundidad, y Auto HDR Remastering Pro, que convierte contenido de rango dinámico estándar (SDR) a HDR, escena por escena, para obtener colores más vivos y brillos más intensos.
Más que imagen: el audio que se ajusta a tu entorno y a los diálogos
La inteligencia artificial no se limita a la imagen. Samsung implementó soluciones de audio que resuelven problemas comunes. La función Active Voice Amplifier Pro analiza el ruido ambiental de la habitación y los sonidos de fondo de la propia escena para aislar y amplificar los diálogos, asegurando que las conversaciones se escuchen con claridad.
Por otro lado, Adaptive Sound Pro reconoce el tipo de contenido que estás viendo, ya sea una película de acción, un noticiero o un video musical, y ajusta el perfil de audio automáticamente para optimizar la experiencia sonora, equilibrando los elementos para que se escuchen con la fidelidad que pretendía el creador original.
Juego y sostenibilidad
Para completar su oferta, Samsung incluye el AI Auto Game Mode, una función que detecta la consola y el género del videojuego para aplicar configuraciones de imagen y sonido optimizadas sin necesidad de intervención manual, buscando ofrecer una experiencia más fluida.
En materia de sostenibilidad, la compañía mantiene su compromiso con el control remoto SolarCell, que se recarga con luz solar o artificial y elimina el uso de baterías desechables. Además, la estructura de los televisores incorpora plástico reciclado recuperado de los océanos, y los paneles Quantum Dot están libres de cadmio.
La inversión en un televisor como el QN990F o el QN900F se traduce, en la práctica, en adquirir la mejor experiencia posible para visualizar contenido en 4K. La inteligencia artificial y las 768 redes neuronales del procesador trabajan para que las series, películas y videojuegos actuales se vean con un nivel de detalle y refinamiento que los paneles 4K no pueden igualar por sí solos. El 8K, por ahora, es el apellido de un procesador, no una realidad de contenido.





