La expansión de los Centros de Datos en México es un pilar fundamental para la economía digital, aunque su crecimiento genera un intenso debate público, especialmente en torno a su consumo de recursos como el agua y la electricidad.
La Asociación Mexicana de Data Centers (MEXDC) aclara que muchas de estas preocupaciones se basan en mitos o en tecnologías obsoletas, cuando la realidad de las instalaciones modernas es muy diferente. Es fundamental entender el verdadero impacto de esta infraestructura.
El mito del derroche de agua en la refrigeración
Una de las críticas más frecuentes hacia los centros de datos es su supuesto consumo desmedido de agua para enfriar los servidores, que generan calor de forma constante.
La realidad es que la tecnología actual utiliza principalmente sistemas de enfriamiento de circuito cerrado, los cuales recirculan la misma agua y la combinan con refrigerantes para disipar el calor, lo que reduce el consumo a un nivel mínimo.
El mayor gasto hídrico proviene de los servicios sanitarios para los empleados.
Para poner las cifras en perspectiva, un estudio de la MEXDC afirma que enfriar 1 MW de capacidad equivale al agua usada para producir solo 6.4 kg de carne de cerdo, mientras que la comparación con grandes industrias en una región de alta concentración como el Bajío es aún más reveladora.
| Industria (Región del Bajío) | Consumo Anual de Agua (Aproximado) | Consumo Anual de Energía (Aproximado) |
| Agroindustria | 300,000,000 m³ | 1,800,000 MWh |
| Industria Automotriz | 25,000,000 m³ | 3,500,000 MWh |
| Centros de Datos | 2,000,000 m³ | 2,628,000 MWh |
La demanda eléctrica real y las inversiones en la red
A nivel global, la Agencia Internacional de Energía subraya que los Centros de Datos consumen entre el 1% y 3% de la energía mundial, una cifra considerable pero que impulsa la adopción de tecnologías más eficientes.
En México, la MEXDC proyecta que la industria necesitará 1,500 MW para 2030, frente a los 300 MW disponibles actualmente.
Lejos de ser solo una carga para el sistema, las empresas del sector invierten en infraestructura eléctrica propia y en la modernización de la transmisión, la cual se incorpora a la red de la CFE como una aportación a la red nacional.
La industria opera bajo un marco de responsabilidad ambiental
Aunque México todavía no cuenta con un marco normativo diseñado específicamente para los centros de datos, estas instalaciones no operan sin supervisión.
Toda empresa del sector debe cumplir con las normativas federales, estatales y municipales en materia de energía, uso de suelo, gestión de residuos y ecología.
Al ubicarse comúnmente en parques industriales, cumplen de manera implícita con las regulaciones de impacto ambiental que rigen dichos espacios.
Tu vida digital depende de esta infraestructura crítica
Es fácil pensar en los centros de datos como simples almacenes, pero en realidad son el motor de casi todas tus actividades diarias en la era digital.
Cada vez que reservas un viaje, recibes un mensaje de texto, compras en línea, gestionas tus finanzas o almacenas una foto en la nube, estás utilizando los servicios que operan dentro de estas instalaciones.
Son centros tecnológicos sofisticados que garantizan el funcionamiento de la inteligencia artificial, el 5G y el Internet de las Cosas.
Un consumo justificado por la economía digital
El consumo de recursos de los centros de datos es innegable, pero no es desmedido ni carece de regulación.
La evidencia muestra que su impacto hídrico es significativamente menor que el de otras industrias vitales y que sus requerimientos energéticos impulsan inversiones que benefician a la infraestructura pública.
Su función como columna vertebral de la economía moderna justifica su demanda de recursos, la cual se gestiona con tecnología cada vez más eficiente y bajo marcos normativos existentes.





