Economía Neni: Invierten 20% de sus ingresos en marketing para profesionalizarse

Mujer vendiendo por menudeo

El término «Neni» ha dejado de ser una etiqueta casual para convertirse en un indicador económico de un sector que factura, reinvierte y sostiene el comercio digital en México mediante una agresiva estrategia de autogestión.

Un nuevo análisis revela que las microempresarias mexicanas conocidas como «Nenis» destinan una quinta parte de sus ingresos brutos a la producción de material de marketing y pauta digital.

Según datos recientes de Canva, este segmento invierte un promedio de $3,200 pesos mensuales en herramientas visuales y promoción, una cifra que demuestra la profesionalización de la economía informal y el autoempleo en el país.

La estructura de costos de la autogestión

El estudio, que encuestó a 1,000 participantes en México, sitúa los ingresos mensuales promedio de este sector en $16,611 pesos. Sin embargo, es crucial analizar esta cifra con lente financiero: se trata de ventas brutas, no de utilidad neta.

Si contrastamos este dato con la realidad nacional reportada por el INEGI en su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), donde el ingreso promedio de las mujeres ronda los $7,900 pesos, la inversión de $3,200 en marketing cobra una dimensión mayor.

No es un gasto superfluo; es una apuesta de capital operativa. Estas emprendedoras reinvierten casi el 40% de su utilidad estimada para mantener la visibilidad en un mercado digital saturado.

ConceptoEstimación Promedio (Mensual)
Ingresos Brutos (Ventas)$16,611 MXN (Dato Canva)
Costo de Ventas (Est. 50%)$8,305 MXN
Inversión en Marketing (20%)$3,200 MXN
Utilidad Neta Estimada$5,106 MXN

Esta estructura financiera revela un modelo de negocio de alto volumen y margen ajustado, donde la eficiencia en la comunicación visual es vital para garantizar la rotación del inventario.

El móvil desplaza a la computadora como centro de operaciones

La brecha de infraestructura tecnológica en México ha forzado una evolución particular: el teléfono inteligente ha absorbido las funciones de la oficina tradicional.

El reporte indica que 78% de las microempresarias producen todo su contenido directamente desde un celular, una cifra superior al 61% registrado en empresas corporativas grandes.

Esta dependencia del móvil no es solo una preferencia de uso, sino una optimización de recursos. Al centralizar la producción (diseño), la difusión (redes) y el cierre (mensajería) en un solo dispositivo, se eliminan los tiempos muertos y la necesidad de hardware costoso como laptops de gama alta.

Dominio de WhatsApp y redes sociales

El ecosistema de ventas se ha consolidado en un ciclo corto y directo. Mientras las grandes empresas diversifican en marketplaces como Amazon, el comercio individual apuesta por la inmediatez:

  • 83% utiliza redes sociales (Instagram/Facebook) como escaparate principal.
  • 70% cierra la venta en WhatsApp, utilizándolo como herramienta de CRM (gestión de clientes).

Este flujo convierte a las plataformas sociales en la infraestructura crítica del negocio, donde la calidad visual del «post» determina la entrada de clientes potenciales al embudo de ventas en el chat privado.

Estrategias visuales y formatos de conversión

La competencia por la atención ha elevado el estándar estético. Ya no basta con una foto del producto; se requiere una narrativa visual. Junia Ooi, directora comercial de Canva en Latinoamérica, destaca la magnitud de este volumen creativo:

«El auge del emprendimiento digital en México está ocurriendo junto con un impulso creativo sin precedentes. Una de cada ocho personas con acceso a internet en el país usa Canva con regularidad, y el año pasado se crearon más de 672 millones de diseños«.

Los formatos han evolucionado hacia el video corto. El 77% de las microempresarias ahora crea contenido para TikTok o Reels, entendiendo que el algoritmo de estas plataformas ofrece un alcance orgánico que las imágenes estáticas ya no garantizan.

Además, el 40% produce recursos imprimibles como catálogos y menús, híbridos que funcionan tanto en digital como en físico.

La validación del modelo de microempresa digital

Los datos confirman que el autoempleo digital en México ha superado la etapa de la improvisación. La disponibilidad de herramientas de diseño accesibles y canales de distribución gratuitos ha democratizado capacidades que antes eran exclusivas de grandes corporativos.

Para el usuario final, esto significa acceso a una oferta de productos cada vez más sofisticada y personalizada.

Para el emprendedor, la lección es clara: en la economía actual, la capacidad de comunicar visualmente una marca es tan importante como la calidad del producto mismo. La inversión en imagen dejó de ser un lujo para convertirse en el costo de entrada al mercado.

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