GeeksTerra, 17 de diciembre.- Se acerca el 2020 y mucho se ha hablado sobre la digitalización de la vida cotidiana, poco a poco en los últimos 10 años hemos visto cómo es que en nuestros hogares se instalan dispositivos que predicen nuestras necesidades, hay televisores inteligentes, focos, refrigeradores, estufas, lavadoras y bocinas, entre otros dispositivos.
La comodidad que brindan estos aparatos capaces de aprender de nuestros hábitos y hacer nuestras vidas más cómodas supone al menos dos preguntas ¿Qué ocurre con mi privacidad? ¿Cuánta energía se requiere para alimentar tanto aparato?
Antes de responder a por lo menos una de estas interrogantes es necesario que pensemos ¿qué es una casa inteligente?, ¿cuántos dispositivos se requieren para que una casa sea considerada inteligente? O ¿de qué depende que una casa sea inteligente y otra no?
¿Qué es una casa inteligente?
Podemos definir una casa inteligente como aquella que facilita las tareas de su cuidado y conservación a los habitantes, en función de los hábitos de los mismos, aunque hay quienes ven en la casa inteligente la automatización de las tareas cotidianas como la apertura de puertas y ventanas, la inteligencia de una casa no depende sólo de la adopción de dispositivos, sino de la integración de los mismos.
Así pues, una casa inteligente busca facilitar la estancia de sus habitantes, por lo que puede contar con dispositivos como cerraduras, focos, calefacción y línea blanca que reaccionen ante comandos que se envían desde un único control, que actualmente suele ser el smartphone, desde el cual se controla todo mediante aplicaciones.
Si nos detenemos a pensar en la cantidad de aparatos smart que van a apareciendo en el mercado y que se van integrando a la vida cotidiana de los usuarios, la construcción de una casa inteligente puede volverse más compleja, la cantidad de aparatos que pueden integrar a una smarthome puede resultar avasallante y preocupa a quienes ven en estos sólo comodidad.
Pero una casa inteligente se distingue por su eficiencia, lo que se busca con la adopción de diversos dispositivos es ahorra tiempo, se gasta mucho en las tareas cotidianas del hogar, y ahorrar energía, los dispositivos inteligentes suelen estar programados para apagarse vía remota o bien hacerlo al detectar que no están en uso.
Cabe resaltar que los dispositivos interconectados deben brindar seguridad a los usuarios, por lo que el cuidado de una casa inteligente se concentra en buena medida en evitar las vulnerabilidades de seguridad para evitar actividades que espíen nuestros hábitos y que puedan ser usados en nuestra contra.
¿Qué apartos integran una casa inteligente?
El principal de ellos es el smartphone, ya que éste se convierte en el control capaz de interactuar con todos los dispositivos que se conectan a la red, si prestamos atención la mayoría de los aparatos que se precian de ser inteligentes funcionan mediante aplicaciones.
Al funcionar con conexión, hace falta un modem, ya que sin servicio de internet es imposible aspirar a una real interconexión entre dispositivos inteligentes.
Una vez que se tienen estos dos elementos, es posible pensar y echar la imaginación a andar para ver en dónde es posible hacer mejoras que nos permitan estar más seguros, más cómodos y ahorrar energía.
Así pues, es posible encontrar en el mercado cerraduras inteligentes, focos, televisores, lavadoras, aspiradoras, estufas, neveras y sensores que nos indiquen que hace falta encender la calefacción o el aire acondicionado, o bien apagarlos debido a que nadie se encuentra en casa, también es posible encontrar asistentes de voz que ayudan a controlar los dispositivos y al mismo tiempo nos permiten escuchar música sin tener que andar ocupando tiempo en buscarla.
En algunos casos es posible adoptar teteras, cafeteras, peceras o macetas inteligentes que nos preparen una bebida o que nos indiquen las necesidades de los seres vivos con los interactuamos, los límites en este sentido están tan lejos como lo permita el bolsillo.
Ahora, que ya se tiene una idea de todo lo que se puede implementar para hacer de una casa inteligente, conviene que reflexionemos por un momento cuánta energía gasta una casa inteligente.
¿Cuánta energía necesita una casa inteligente?
Usando una calculadora de gasto energético, nos es posible calcular y comparar el gasto que realiza una casa promedio y comparar ese gasto con lo que emplearía al adoptar diferentes dispositivos inteligentes que cubran las necesidades que ya tiene.
Pensemos en un hogar en el que habitan cuatro personas, y que cuenta con dos computadoras, al menos dos pantallas, una estufa, refrigerador, lavadora, aspiradora, calefacción, aire acondicionado, microondas y horno eléctrico, además de iluminación de bajo consumo.
Los cálculos son al mes y consideran el mismo tiempo de uso para cada aparato, mismos que son tomados a modo de ejemplo para efectos de comparación, no se retoman todos debido a que algunos aún no se encuentran con tanta facilidad en el mercado.
Aparato | Casa promedio | Smarthome |
12 focos | 48 KW/h | 81.6 KW/h |
1 refrigerador | 504 KW/h | 403.2 KW/h |
6 celulares | 946.8 KW/h | 946.8 KW/h |
1 modem | 4.32 KW/h | 4.32KW/h |
4 laptops | 144 KW/h | 144 KW/h |
1 lavadora | 3 KW/h | 1.5 KW/h |
1 microondas | 2.4 KW/h | 1.2 KW/h |
1 estufa electrica | 180 KKW/h | 90 KW/h |
Esta lista es muy precaria, y muestra cómo es que un hogar inteligente aparentemente gasta menos energía que uno convencional, en ocasiones algunos aparatos se mantienen apagados o en standby, al estar desconectados gastan menos electricidad, pero al estar en espera continúan registrando consumo.
Si prestamos atención en nuestro hogar encontraremos que existen al menos 20 aparatos consumiendo electricidad, y que al ir sumando el tiempo de consumo en funcionamiento más el consumo en standby en realidad estamos ocupando 7000 KW/h cada mes, si bien es cierto que un hogar inteligente puede reducir ese consumo a la mitad, al cambiar aparatos de alto consumo por otros que implican ahorro.
También lo es que al introducir nuevos aparatos como cerraduras y automatizamos algunos aspectos de la vida cotidiana como las macetas del jardín o la vigilancia sobre nuestros animales de compañía, el gasto de luz se incrementa y el ahorro obtenido se pierde.
Así pues la inteligencia de un hogar inteligente no depende de la cantidad de dispositivos con los que es funcional, sino de la prudencia de los usuarios para la adopción de aparatos, que pueden ir sumando consumos a lo que se supone ya se había logrado ahorrar.