Monstruos de celuloide vs. Catrinas de papel: El choque de Halloween y Día de Muertos en la cultura pop

Una visión esquelética y elegante, surgida de la crítica social, choca con el terror punitivo de los clásicos de Hollywood.

  • La Catrina se creó como una sátira social de élites, mientras que los monstruos de Halloween encarnan el miedo y el castigo.
  • El Mictlán prehispánico no era un lugar de condena, lo que contrasta con el infierno de la ficción occidental.
  • Películas como Spectre inventaron «tradiciones» (el desfile de CDMX) que luego fueron adoptadas por el turismo local.

La temporada de otoño en el calendario occidental trae consigo un inevitable choque cultural que se magnifica en la ficción y que se ve reflejado en diversas discusiones en las redes, ¿hay que celebrar Día de Muertos o Halloween e incluso se invita a no celebrar nada?

Mientras el Halloween de origen celta y estadounidense inunda las pantallas con monstruos, fantasmas y la promesa del terror, la celebración mexicana del Día de Muertos ofrece una visión radicalmente diferente de la mortalidad.

Esta convivencia en los medios, especialmente en películas y series, ha generado tanto homenajes respetuosos como casos de confusión y crítica por una posible apropiación cultural que raya en lo irrespetuoso.

Monstruos y Espectros: El Terror de la Condena

La representación occidental de la muerte en la ficción popular está arraigada en el miedo, la culpa y la transgresión. El zombi, el vampiro o el fantasma vengativo son entidades que regresan del inframundo para castigar, contaminar o perpetuar el horror, y sí, claro también cuenta el horror causado por el vampiro fronterizo.

Esta visión, profundamente influenciada por la tradición druídica mezclada con la tradición judeocristiana, concibe la muerte como un cese temible o, en el peor de los casos, un castigo punitivo.

La iconografía de Halloween, que se centra en lo grotesco y lo aterrador, se alinea con este principio, buscando el sobresalto y la evasión, hay que ahuyentar a los malos espíritus con disfraces terribles o ver a las almas en pena en el momento en que vivos y muertos pueden convivir en un mismo espacio.

Cuando los ghouls y espectros invaden la pantalla, el mensaje es claro: el reino de los muertos es hostil y la vida debe defenderse a toda costa del inframundo, por ello tantas películas sobre espectros se concentran en la función básica que define a todo ser viviente: Sobrevivir a toda costa.

La Catrina: Crítica social y la memoria en la ofrenda

En contraste directo con el pánico que generan las figuras de terror occidental, la Catrina —el esqueleto elegantemente vestido— encarna una visión serena y hasta humorística de la muerte, porque a todos nos alcanza y toca, no importa si somos ricos o pobres, justos o injustos, la muerte es un fenómeno para todos.

«La Calavera Garbancera [precursora de la Catrina] buscaba satirizar a las mujeres que, a finales del siglo XIX, renegaban de sus raíces y vestían a la usanza francesa», explica El periodista Jorge Pedroza, de National Geographic LA.

Así tenemos que la figura esquelética original de José Guadalupe Posada no nació de una festividad, sino como una burla, al sentimiento de inmortalidad que parece distinguir en muchos sentidos a los mexicanos, de quienes se dice que desde tiempos prehispánicos hemos convivido de formas próximas y peculiares con la mortalidad.

El legado de Posada: Ironía y crítica de clases

La Catrina y el Día de Muertos celebran la vida de quienes ya se fueron. El enfoque se desplaza del temor a la memoria.

El uso de fotografías, platillos favoritos y objetos personales en la ofrenda (o altar de muertos) tiene la función de guiar el alma de vuelta.

La Catrina funciona como un recordatorio visual de que la muerte «democratiza», quitando los adornos de la vanidad.

Mictlán vs. Infierno: Dos destinos después de la vida

La diferencia entre las dos culturas se profundiza al observar sus inframundos. El infierno occidental es un lugar de tormento eterno reservado para los pecadores, mientras que el Mictlán prehispánico no era un lugar moralista.

Según la Gaceta UNAM, este destino mexica «no distinguía entre buenos y malos» y se alcanzaba después de un largo y difícil viaje de cuatro años, no como recompensa o condena. Los Señores de la Muerte, Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, esperaban a las almas en el último nivel sin emitir juicios, una concepción que elimina el componente de terror punitivo tan frecuente en la ficción de Occidente.

La Ficción de Hollywood: ¿Homenaje o Apropiación Cultural?

El cine y la televisión han sido los principales vehículos para difundir y, a veces, tergiversar el Día de Muertos. Cuando una cultura dominante toma elementos de una cultura minoritaria y les quita su contexto, se abre la puerta a la apropiación.

La película Coco (2017) de Pixar es un ejemplo de un intento de divulgación respetuosa. La cinta se enfocó en el significado profundo de la ofrenda y la memoria, por lo que el filme fue bien recibido en México.

Sin embargo, el lado más problemático se manifestó con Spectre (2015) de James Bond. Para el inicio de la película se creó un desfile masivo de esqueletos y catrinas en la Ciudad de México que no existía en la vida real.

Global Press Journal cita un análisis de Ceremony and Celebration: Hollywood Transforms Dia de Muertos, donde la autora Amy Sara Carroll señala el impacto:

«El Gobierno de la Ciudad de México […] lanzó un desfile de Día de Muertos dos años después [del estreno de la película], aprovechando su atractivo turístico y transformando una invención de Hollywood en una nueva ‘tradición’ de la capital.»

Este proceso invirtió la tradición, llevando a la confusión de que el desfile es una práctica ancestral, cuando en realidad es una invención fílmica adoptada por el turismo.

El verdadero impacto cultural de contrastar la muerte en la ficción

La Catrina, en su papel de crítica social y símbolo de memoria, se opone directamente al concepto de terror escapista de Halloween.

Mientras los monstruos de celuloide nos recuerdan el miedo a lo que está por venir, la figura mexicana nos invita a reír y dialogar con lo que ya fue.

Respetar el origen y el propósito de la Catrina y la ofrenda es crucial para evitar que un símbolo de profundo significado cultural se reduzca a un simple disfraz intercambiable con los arquetipos de terror, sin embargo, conviene ver que ambos festejos provienen de formas distintas de vivir la mortalidad.

Formas a las que se viene a sumar el intento de contrarrestar el festejo de Día de Muertos o de Halloween con el del Día de Todos los Santos, invitando a los niños a vestirse de algún santo o mártir de la Iglesia en algunas comunidades.

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