¿Cómo internet puede destrozar una carrera?

Internet ha cambiado mucho en 10 años, hace una década lo que fue herramienta de denuncia hoy lo es de desprestigio. Hoy fue Plácido Domingo, mañana puedes ser tú

Internet es juez y parte cuando se trata de juicios morales, siempre es fácil levantar la mano y acusar a quien sea de cualquier conducta, la credibilidad de lo que ocurre en la red afecta vidas y carreras.

Aunque en muchas ocasiones lo que se publica en un medio tan basto como es la red, ya sea mediante redes sociales, como Facebook o Twitter permite denunciar abusos de poder o situaciones injustas como el maltrato a las personas vulnerables o los animales.

Las redes también han funcionado para empoderar a usuarios que se presentan ante el mundo como víctimas de personas que son conocidas, que tienen algún cargo o que se encuentran en el sitio equivocado en el momento equivocado.

Algunos movimientos suscitados en las redes sociales han ayudado a derrocar regímenes políticos, tal y como ocurrió con la primavera árabe, tras la incineración voluntaria del vendedor ambulante Sidi Bouzid.

De esto hace ya 10 años y ahora hace un par de días falleció Hosni Mubarak, quien fura derrocado en Egipto en 2011 como consecuencia de lo que se denominó en su momento la revolución de Facebbok.

El panorama en las redes ahora es muy distinto al de hace 10 años, ya que un instrumento de denuncia y que sirvió para que las personas se comunicaran entre sí se ha convertido en un arma de desprestigio y capaz de acabar con vidas y carreras exitosas en un segundo.

Desde el 2016, año en el que las elecciones presidenciales se vieron marcadas por un escándalo debido al uso de las redes sociales que hizo, el entonces candidato Donal Trump, la credibilidad de lo que ocurre en las mismas se ha visto sometida a constante escrutinio, salvo cuando se trata de acusar a personas que pueden llamar la atención por lo increible de las acusaciones.

Los estudios sobre fakenews han demostrado que las personas somos más propensas a compartir información falsa que real, esto se da con más frecuencia en latinoamérica, por lo que cada vez resulta más difícil encontrar información real en la red.

Las redes que sirven para denunciar abusos de poder u otras anomalías también sirven para ser juez y parte en los juicios sobre cuestiones morales, de ahí que prosperaran las acusaciones contra la imagen pública del Tenor Plácido Domingo.

Desde que el escándalo sobre acoso sexual salió al aire, los oídos prestaron atención a voces que acusaban sin dar nombre, al menos en su mayoría, Sidi Bouzid tenía un rostro, una vida y se convirtió en bandera de un movimiento importante, en el caso de lo que ocurre 10 años después, las acusaciones son anónimas y creíbles cuando resultan escandalosas y por lo mismo capaces de dar la nota.

El día de ayer se dio a conocer que el juicio en contra de la conducta del tenor español de 79 años, lo marcaba como culpable, eso no es de sorprender cuando ante lo relativo del asunto salen voces, como la de Mon Laferte, colgandose de ese juicio y señalando que la razón la tienen quienes acusan, sólo porque azarosamente les tocó nacer con cromosomas XX y no XY y porque ya es hora de que XX tenga voz y voto.

Quiero aclarar que no con esto estoy en contra de las mujeres o de los hombres, más bien lo estoy del uso que se está dando a las redes sociales para dejar de lado todas las acciones realizadas durante toda una vida a favor del arte, la cultura y otras vidas, por una serie de acusaciones que ya estaban destinadas a prosperar debido a nuestra tendencia a creer lo que se publica en las redes, y más si lo que se publica toca temas sensibles de actualidad.

El día de hoy, Plácido Domingo ha respondido al revuelo que ocasionó su publicación sobre el veredicto de los jueces, señalando que fue malinterpretado al indicar que asumía su responsabilidad y que sentía el sufrimiento causado.

El maestro de 79 años, que ha dedicado más de 50 vueltas al sol a la ópera se vio en la necesidad de matizar lo dicho ayer porque todo el mundo pensó que estaba asumiendo una culpa que no le pertenece.

“Siento que debo emitir una declaración adicional para corregir la falsa impresión generada por mi disculpa en algunos de los artículos que reportan sobre la investigación de AGMA.

Mi disculpa fue sincera y de corazón para cualquier colega que haya hecho sentirse incómoda, que haya herido de cualquier manera, por cualquier cosa que haya dicho o hecho. Como lo he dicho repetidamente, nunca fue mi intención lastimar ni ofender a nadie.

“Pero sé lo que no he hecho y lo volveré a negar. Nunca me he portado agresivamente con nadie, y nunca he hecho nada para obstruir ni herir la carrera de nadie de ninguna manera. Al contrario, he dedicado gran parte de mi medio siglo en el mundo de la ópera apoyando a la industria y promoviendo la carrera de innumerables cantantes.

“Estoy agradecido a todos los amigos y colegas que, hasta ahora, han creído en mí y me apoyado a través de estos momentos difíciles. He decidido retirarme de mis próximas actuaciones de La Traviata en el Teatro Real de Madrid.

“Además, me retiraré de los compromisos en los que a los cines y empresas les resulta difícil llevar a cabo los mismos. Por otro lado, cumpliré todos mis otros compromisos dondequiera que las circunstancias lo permitan.” Publicó en sus redes.

Movimientos como MeToo, que empezaron una ola de acusaciones en todo el mundo en contra de acoso y maltrato ahora se coronan acabando con la carrera de un artista que tuvo el infortunio de ser el objeto de agresiones de muchas personas que mostraron su incapacidad para escuchar y para atender a los hechos cotidianos de una vida a la que obligan a retirarse de los escenarios, en medio de la ignominia.

Hoy fue la carrera de Plácido Domingo, al paso que vamos todos acabaremos lidiando con acusaciones sostenidas por el anonimato que marca a las redes y que las hace ser muy diferentes de lo que fueron hace 10 años.