El desinterés es la mejor arma de un cibercriminal

El uso de herramientas cada vez más sofisticadas y la presencia de más interacciones con la tecnología la preocupación por la seguridad se amplía, ¿será?

GeeksTerra.- Con el fin del 2019 llega el fin de la segunda década del siglo XXI, y como es buen momento para pensar en dónde estamos y hacia dónde vamos, los expertos en seguridad de ESET se dieron a la tarea de pensar en las tendencias en seguridad que se verán en los próximos años.

Con el uso de herramientas cada vez más sofisticadas y la presencia de interacciones que afectan aspectos tan cotidianos de nuestra de existencia como el encendido de las luces del hogar o la construcción de soluciones que hagan de las ciudades urbes inteligentes, la preocupación por la seguridad se amplía, ¿será?

Me parece que lo relevante de este informe y de los diversos artículos que lo conforman, no se concentra en el miedo hacia el mal manejo de los datos de los usuarios, aspecto que hemos visto en los últimos tiempos con los escándalos sobre ciberseguridad que se han presentado en diversas compañías y redes sociales.

Lo importante en este informe sobre tendencias es que muestra la incomprensión que tenemos sobre las consecuencias del mal uso de las herramientas que nos pone al alcance de la mano la tecnología actual, y no sólo eso, también indica la falta de una cultura sobre el buen uso de la información.

En algún sentido quien se detiene a pensar en la presencia de la tecnología en los hogares y la vida cotidiana, también suele pensar en su seguridad, o al menos eso es lo que se esperaría, pero un experimento realizado por la ESET Senior Security Researcher Lysa Myers, demuestra una resignación mayor por parte del público a la pérdida de su privacidad.

“Busqué en Internet la frase “año de privacidad” y añadí a la búsqueda un año reciente; por ejemplo, “año de privacidad 2018”. Los titulares que incluyen esta frase pueden ser un buen indicador de que los autores de estas noticias pensaron que se avecinaba un gran cambio en cuanto a la percepción pública de la privacidad, ya sea positiva o negativa. […] Por cada año entre 2009 y 2015, esos términos de búsqueda arrojaron más de un millón de resultados. Después de ese período se redujo la cantidad y cada año arrojó “solo” entre ochocientos y novecientos mil resultados” señala en su artículo titulado “Cambios Sustanciales en materia de privacidad.

De acuerdo con la autora la ausencia sobre temas de privacidad puede ayudarnos a identificar el interés del público en cuanto a la seguridad de sus datos privados y por lo que se ve éste ha estado decreciendo debido a un aumento considerable en la desconfianza en las compañías que manejan esa información y a la resignación de los usuarios a que ya no tienen control sobre el manejo de los datos que se quedan en internet.

La ausencia de confianza y la resignación son armas peligrosas que bien pueden aprovechar quienes se dedican a robar el tesoro de la red, ya que la falta de control sobre la información que generamos ocasiona descuidos y desinterés en asuntos tan sencillos como la concesión de permisos para las aplicaciones que se usan cotidianamente.

Recientemente alguien me contaba las loas de una app que explotaba la realidad aumentada, tras los elogios me invitaba a descargar tal aplicativo y cuando señalé que primero leería las condiciones de uso y las políticas de privacidad se rió de mí indicando que de todas maneras no puedo tener control sobre los datos que internet tiene sobre mi persona.

Me parece que esta actitud es generalizada entre el público y es la que hace que las aplicaciones y los archivos maliciosos se propaguen con más facilidad en la red, aunque se ven las consecuencias en la vida real de un manejo de datos inapropiado, tal como la invasión publicitaria con la que lidiamos todos los días, la resignación a que no podemos hacer nada está abriendo más la puerta a los cibertacantes de lo que nos damos cuenta.

La desconfianza sobre la capacidad para controlar nuestra información degenera en despreocupación sobre la seguridad que fijamos para nuestros datos, quizá por ello no es de extrañar que en el mundo todavía existan millones de personas que usan contraseñas muy simples, la contraseña “123456” se ha detectado hasta 100 000 veces en los listados sobre contraseñas vulnerables.